-Che, está bien que agarremos por acá?- dice el ministro a su asesor de confianza, que estaba sentado a su lado en la gran limo del color de las castañas.
-Señor, el recorrido está seguro, no hay fotógrafos esperando, solo las putas en la mansión- responde con cara de baba de caracol.
-Me alegro. Me alegran las cosas cuando van bien, todo calculado, todo en su lugar.-
-Si Señor, lo que usted diga, Señor.-
Cuando pasaban cerca del Parque Mork, el disparo sonó como miles de truenos o como un petardo perdido. Las putas, ese día, no hicieron el servicio...